La película narra, a través de palabras y miradas, las humillaciones que a
diario se ven obligadas a soportar las sirvientas de color que trabajan para
las grandes familias blancas del sur de EE.UU a principios de los 60s. Sin
recurrir a la lágrima fácil, y no exenta de fina ironía, va desgranando el día
a día de estas mujeres que bordean a diario la línea entre la sumisión absoluta
y el orgullo inquebrantable.
Las dos sirvientas principales representan de manera magistral las dos caras de
una misma moneda: Son la imagen de la resistencia. Una desde sus silencios
acusadores que no dejan indiferentes a nadie y la otra con su incontinencia
verbal que le supone numerosos golpes que no la derrotan sino que la reafirman
en su actitud beligerante.
¡Fantástica Jessica Chastain!. Tras su impresionante papel de mujer etérea,
casi un ángel, en “El árbol de la vida” aquí interpreta una mujer terrenal y
sensual que, con su inadaptación, remueve los cimientos de la comedida sociedad
local, tan uniforme, llenándola de un aire fresco, preludio de los cambios que
se anuncian.
El elenco femenino resalta por su calidad y la representación que hacen es
excelente, mención especial para Octavia Spencer (Minny, la criada gordita de
ojos saltones) que huele a Oscar mas que nadie, sin olvidarnos de la mala “malísima”:
Bryce Dallas Howard y resaltar lo bien conseguido que está ese pedante aire de
superioridad que desprenden cada una de las "señoras".
Si bien el filme es bastante extenso, tiene un ritmo perfecto que no aburre
en ningún momento durante las 137 minutos que dura.
La fotografía y la música son impecables. La ambientación y el vestuario
excelentes, muy logrados de verdad, honestamente uno “vive” esa época.
La frase de la película: cuando la madre de esa “blanca” rebelde, le
confiesa a su hija... “A veces el valor se salta una generación, gracias por
traerlo de regreso a nuestra familia”.....
Conclusión económica:
Presupuesto: 25 millones de dólares.
Taquilla mundial: 200 millones de dólares (por ahora!!!!)
Chapeau!