La fotografía, el guión, las actuaciones. Ese logro tan difícil, de mostrar una realidad desconocida para la mayoría de nosotros, sin ángeles ni demonios. Solo seres humanos que no llegamos a descifrar con objetividad, pero está bien, porque como lo dice el personaje en uno de sus tramos, "lo importante es la monarquía, no el monarca".
Ahora, sería una de las peores injusticias no
premiar el trabajo de John Lithgow, interpretando a Winston Churchill. Es
simplemente, para aplaudir de pie.